Además de que representan un grave peligro tanto para el medio ambiente como para la sociedad, se trata de un delito que debe castigarse. En esta ocasión, aseguran en Edomex 11 pozos clandestinos de agua.
Estos pozos se perforan sin permisos ni estudios técnicos, lo que provoca una extracción descontrolada del agua subterránea, afectando la recarga natural de los acuíferos y causando un descenso alarmante en los niveles freáticos. Sería un problema grave en cualquier momento, pero en medio de una crisis hídrica estatal y nacional, todavía más.
Las autoridades están tras quienes podrían generar un problema de salud pública. La Fiscalía General de Justicia del Estado de México aseguró 11 pozos de agua y 25 tomas de las que se extraía el líquido de forma irregular, afectando el suministro legal y justo para las comunidades.
Fue entre el 1 de marzo y el 30 de junio que policías de investigación de la fiscalía estatal pusieron en marcha diversos operativos para detectar y asegurar puntos de posible extracción ilegal de agua. Tras cateos en inmuebles de demarcaciones como Ocoyoacac y Chicoloapan, localizaron y aseguraron pozos y tomas de agua clandestinas que estaban afectando significativamente cuerpos de agua y la distribución a las comunidades aledañas.
La operación ilegal de estos pozos fomenta un mercado negro del agua potable, con ganancias millonarias para grupos que extraen y venden agua sin control, por ello se busca debilitar la estructura financiera de estos grupos, y es que el costo de una pipa puede llegar a superar los 2 mil pesos en algunas zonas.