La producción de cempasúchil en el Estado de México se destaca como una actividad agrícola de gran importancia económica y cultural, especialmente en la temporada del Día de Muertos. Se destinan cerca de 68 hectáreas para la siembra de cempasúchil en el territorio mexiquense y este 2025, se espera que genere una derrama económica de 41 millones de pesos.
Con una producción estimada de 110 mil manojos de flor y alrededor de un millón de macetas, el Estado de México se consolida como el tercer mayor productor nacional de esta emblemática flor, solo detrás de Puebla y Ciudad de México. Municipios como Atlacomulco, Tenango del Valle, Texcoco, Chicoloapan, Ozumba, Tenancingo, Tepetixpa, Malinalco y Chimalhuacán se perfilan como las principales zonas productoras.
Este aumento en la producción ha superado el 12% respecto al año anterior, gracias a la recuperación y expansión de cultivos respaldada por apoyos gubernamentales para que los productores puedan vender a mejores precios. La flor empieza a sembrarse en julio, florece en agosto y se cosecha para que su duración coincida con las festividades de finales de octubre y principios de noviembre.
Ahora bien, el cempasúchil mexicano enfrenta una creciente competencia por parte del cempasúchil chino, cuya llegada al mercado nacional ha generado preocupaciones tanto culturales como económicas. Esta flor importada, aunque similar en apariencia, afecta la tradición y a los productores mexicanos.
Para que no caigas en estafas, el cempasúchil chino es más pequeño, su color es más apagado y menos vibrante. Además, la flor china no tiene aroma o es muy débil, y las semillas que producen no germinan bien ni tienen la misma duración, lo que hace que la planta muera más rápido que la variedad mexicana. Estas características limitan su valor, así que tómalo en cuenta.