El Estado de México ha experimentado un preocupante aumento en los casos de tos ferina durante lo que va del 2025. Hasta el 5 de julio, se habían registrado 76 casos en la entidad, lo que representa un incremento del 230.43% en comparación con los 23 contagios contabilizados en marzo del mismo año. En solo tres meses, se sumaron 53 nuevos casos. Pero qué es, cuáles son sus síntomas y cómo prevenir.
Se trata de una infección respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis, la enfermedad inicia con síntomas similares a un resfriado común, como secreción nasal, fiebre baja y tos leve, pero tras una a dos semanas la tos se vuelve severa y persistente, presentándose en accesos intensos que pueden durar varios minutos.
El Estado de México, junto con la Ciudad de México y Nuevo León, se encuentra entre las entidades con el mayor número de casos. Miguel Ángel Karam Calderón, epidemiólogo de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), atribuye este repunte, principalmente, a la disminución en las campañas de vacunación.
La tos ferina se transmite fácilmente por el aire cuando una persona infectada tose o estornuda, y puede durar semanas o hasta meses si no se trata. Las crisis de tos pueden provocar vómitos, dificultad para respirar, enrojecimiento o coloración azulada de la piel y, en casos graves, pérdida temporal del conocimiento. En bebés, la enfermedad puede todavía ser más grave, con episodios de asfixia y pausas respiratorias.
La prevención principal es la vacunación, que protege especialmente a niños y recién nacidos, quienes son los más vulnerables a complicaciones graves. Es necesario, además, evitar el contacto cercano con personas infectadas o que presenten síntomas respiratorios, y cubrirse la boca y nariz con un pañuelo o el codo al toser o estornudar, si es el caso.