La gobernadora de la entidad, Delfina Gómez, decidió que ni ella ni las y los integrantes de su gabinete tendrán aumento de salario en 2026, como mensaje de austeridad y de solidaridad con la población mexiquense.
La política de Gómez ha sido gastar menos en privilegios y deuda, y más en programas sociales, seguridad e infraestructura estratégica. Esta visión busca que cada peso del presupuesto se traduzca en obras y apoyos visibles para la ciudadanía, y no en burocracia cara y opaca.
Desde el Paquete Fiscal 2025, la administración mexiquense decidió no contratar nueva deuda por segundo año consecutivo, privilegiando el saneamiento financiero y un presupuesto equilibrado. Esto significa que el gobierno se compromete a vivir con los ingresos que tiene, reforzando la recaudación y el control del gasto, en lugar de cargar a futuras generaciones con más obligaciones.
La austeridad se traduce en reorientar recursos hacia rubros como seguridad, salud, educación, agua, movilidad, campo y apoyo a municipios. De hecho, los programas sociales presentan incrementos respecto a años anteriores, con la idea de acompañar a quienes más lo necesitan mientras se reduce el gasto superfluo dentro del gobierno.
De ahí que la gobernadora ha privilegiado eventos sobrios, trabajo en territorio y cercanía con la población por encima de los actos protocolarios costosos. Este estilo busca enviar el mensaje de que el gobierno debe parecerse más a la realidad económica de la gente y que los recursos públicos están para servir, no para sostener lujos.
Para 2026, el Paquete Fiscal del Estado de México se presenta como un presupuesto sin contratación de nueva deuda y con énfasis en disciplina financiera, inversión social y obra pública. La idea central sigue siendo la misma: que cada peso del gasto se vea en programas, servicios e infraestructura, no en endeudamiento que terminen pagando las próximas generaciones.
