El Estado de México, dado que genera 16,636 toneladas diarias de residuos, enfrenta un desafío monumental en la gestión de los mismos; esta cifra representa casi el 14% del total nacional. La situación se complica aún más al gestionar 26,548 toneladas diarias de residuos, incluyendo los provenientes de la Ciudad de México e Hidalgo. Ante este panorama, las autoridades estatales buscan estrategias para minimizar el impacto ambiental y los costos asociados al manejo de estos desechos.
Una prioridad clave para el gobierno estatal es el saneamiento de los tiraderos a cielo abierto, con planes para construir centros integrales regionales que faciliten la gestión sostenible de residuos. Este esfuerzo es parte de un enfoque más amplio para mejorar la infraestructura urbana y de disposición final de los residuos.
El Plan de Desarrollo del Estado de México 2023-2029 revela que, de las más de 26 mil toneladas de residuos gestionados diariamente, solo el 11% se recicla, trata o acopia, mientras que un preocupante 10% termina en tiraderos a cielo abierto. Además, la falta de infraestructura para el tratamiento y la recuperación de energía de los residuos se señala como una oportunidad de mejora.
El gobierno estatal planea realizar un diagnóstico exhaustivo sobre la gestión de residuos urbanos y buscar acuerdos compensatorios con otros estados. Se fomentará la creación de sitios de recuperación y plantas de tratamiento cerca de los corredores industriales, además de impulsar la regularización de sitios de disposición final y promover la separación de residuos.
Otras medidas incluyen el aumento de centros de acopio para residuos peligrosos y tecnológicos, la implementación de campañas de economía circular y la capacitación en el manejo integral de residuos. Estas acciones buscan incorporar principios clave en el manejo de residuos, disminuyendo así el impacto ambiental y mejorando la calidad de vida de los habitantes del Estado de México.