La noche de ayer, 26 de noviembre, vecinos de la comunidad de El Hielo, en el municipio de Huixquilucan, despertaron abruptamente por la explosión de un polvorín clandestino que cobró una vida y afectó a varias personas más.
El estallido ocurrió en un taller ilegal dedicado a la fabricación de pirotecnia sobre la carretera Toluca-Naucalpan, generando una densa nube de humo y llamas que fueron visibles desde varios puntos cercanos.
El trágico saldo preliminar del incidente es de una persona fallecida y al menos seis personas heridas, algunas con quemaduras y lesiones causadas por la onda expansiva. Dos de los heridos tuvieron que ser trasladados vía aérea al Hospital Adolfo López Mateos debido a la gravedad de sus lesiones.
Las labores de emergencia, a cargo de Bomberos, Protección Civil, Cruz Roja y el SUEM, fueron inmediatas para controlar el fuego, auxiliar a las víctimas y asegurar la zona, que tuvo que ser cerrada temporalmente para permitir las labores de rescate y atención médica.
Este accidente pone en evidencia los riesgos asociados a la operación de polvorines clandestinos, que no cumplen con las medidas de seguridad necesarias y ponen en peligro tanto a los trabajadores como a los habitantes de las zonas circundantes. Las autoridades han iniciado investigaciones para esclarecer las causas exactas y dar con los responsables.
Desgraciadamente, no se trata de un caso aislado. Entre 2020 y 2025 se han registrado al menos 72 explosiones en talleres ilegales de pirotecnia en la entidad, que han dejado un saldo aproximado de 45 muertos y 90 lesionados. Municipios como Tultepec, Huixquilucan, Zumpango y Amecameca concentran la mayoría de ellos.
Aunque es verdad que se trata de demarcaciones en las que la prevalencia de esta actividad económica tiene raíces históricas y culturales, la operación clandestina conlleva severos riesgos debido a la falta de normatividad y control. Muchos polvorines provocan accidentes graves como explosiones o incendios que ponen en peligro vidas humanas y propiedades. No podemos perder de vista que las sustancias utilizadas son altamente inflamables y requieren manejo especializado.
