En las últimas semanas, se han reportado distintas expulsiones de ceniza por parte del volcán Popocatépetl, por lo que el Centro Nacional de Prevención de desastres (Cenapred), ha decidido cambiar el color del semáforo de alerta de Amarillo fase 2 a amarillo fase 3. Esto tras las últimas expulsiones de gas, magma y ceniza volcánica, además de que se espera que esto continué por los próximos meses.
“La ceniza es un material abrasivo, un silicato que tiene potasio, sodio, calcio, hierro, magnesio, entre otros elementos, es decir, muchos minerales y diferentes componentes que nos pueden irritar la piel, los ojos, incluso, gente en Metepec habla de que la cabeza le ardía”, comentó la investigadora del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica, Ana Lillian Martin Del Pozzo.
“La ceniza del Popo no siempre es igual, en ocasiones tiene materiales más finos o gruesos. Los primeros pueden hacer daño a los ojos y a la nariz, entran a las vías respiratorias y a veces llegan a la parte más profunda de los pulmones y a otros órganos”, recalcó la especialista.
Por su parte, hay que recordar que las principales medidas para prevenir afectaciones en la salud, es el uso de cubrebocas, esto para evitar respirar la ceniza, así lo señalan los expertos. Es importante recordar que se deben seguir las indicaciones de las autoridades, además de no rociar agua sobre la ceniza volcánica, ya que, debido a sus propiedades, el contacto con este líquido podría provocar que se forme una maza y se terminen tapando los drenajes.
Así mismo, es importante barrer la ceniza de los techos de las casas, puesto que, aunque parezca insignificante, la acumulación de este polvo puede provocar el colapso del mismo por el peso.
De igual manera, se recomienda pasar el menor tiempo posible a la intemperie, sin embargo, de ser necesario realizar alguna actividad al aire libre, se recomienda salir con sombrero o gorra, lentes y no tallarse los ojos, así como tapar recipientes y contenedores de agua.
Para Carlos Valdés, especialista del Instituto de Geofísica, es importante recalcar que se debe evitar manejar lo menos posible, y en caso de hacerlo, no activar los limpiaparabrisas de los automóviles.
“Si ponemos a funcionar el parabrisas y echamos agua, haremos una pasta que literalmente embarrará el cristal, entorpeciendo todavía más la visibilidad. Además, el auto tiene filtros de los que sale el aire que se utiliza para la combustión y estos se van llenando de ceniza; este polvo abrasivo también puede deteriorar otras partes, como las ruedas o el sistema de frenado, si no lo quitamos.”