En mayo de 2006, San Salvador Atenco fue escenario de una brutal represión policial para desalojar un bloqueo contra un proyecto de nuevo aeropuerto en la zona. El caso no se ha cerrado, de hecho, el Plan de Justicia para Atenco será retomado en Edomex.
La protesta surgió por la expulsión arbitraria de vendedores de flores en Texcoco, lo que llevó a que activistas y pobladores bloquearan la carretera Lechería-Texcoco. En respuesta, más de 3 mil 500 policías federales, estatales y municipales irrumpieron con violencia, deteniendo a más de 200 personas, entre ellas 47 mujeres, muchas de las cuales denunciaron tortura y abuso sexual. Dos jóvenes murieron durante el operativo y se documentaron graves violaciones a derechos humanos, incluyendo tortura y violencia sexual.
El caso fue condenado por organismos nacionales e internacionales, incluyendo la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que en 2018 sentenció al Estado mexicano por estas violaciones. De ahí que en el marco de la inauguración del Hospital General de Atenco IMSS-Bienestar en San Salvador Atenco, Estado de México, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anunciara la reactivación del Plan de Justicia para Atenco y una pronta reunión con los afectados.
Aseguró que en aquel momento el gobierno federal y local en turno “no soportaban que un pueblo estuviera organizado para defender su territorio. Ha cambiado México, de entonces a ahora”.
La entrega del Hospital General de Atenco IMSS-Bienestar sería parte de la reparación del daño que el nuevo México haría a los involucrados en aquel caso de represión. Será nombrado Francisco Altamirano Núñez, nombre del menor víctima de la violencia en 2016.
A 19 años de la que denominó como una “masacre”, Sheinbaum Pardo se comprometió a revisar los pendientes del caso, hacer justicia y honrar a quienes solo buscaban defender sus tierras.