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A pesar de que la escasez de agua sigue siendo un desafío en el Estado de México (y en el país entero), las presas agrícolas de Edomex han mostrado una recuperación significativa gracias a las lluvias de 2023. Hoy presentan niveles óptimos.
El panorama hídrico en el Edomex no está exento de riesgos. Tres de las principales presas se encuentran por debajo del 50% de su capacidad, incluyendo Villa Victoria, que abastece al Sistema Cutzamala, una de las fuentes de agua más importantes para la región metropolitana del Valle de México.
Actualmente embalses como Ignacio Ramírez en Almoloya de Juárez y San Andrés Tepetitlán en San Felipe del Progreso están prácticamente llenos, con niveles que alcanzan o superan el 100% de su capacidad. La presa Taxhimay, en Villa del Carbón registra un nivel del 99.9%.
Ahora bien, expertos alertan que la temporada de estiaje puede provocar nuevamente descensos en los niveles de agua, repitiendo ciclos de crisis hídrica. Además, presas como Huapango y José Antonio Alzate mantienen niveles bajos (aunque por encima del promedio de los últimos cinco años).
Es un hecho que las lluvias recientes han ayudado a mejorar los niveles en presas, y las autoridades prevén que, con la llegada de la temporada de lluvias de este año, todas las presas agrícolas del Edomex alcancen nuevamente el 100% de su capacidad; pero la presión sobre el recurso hídrico y la posibilidad de sequías severas persisten.
La implementación de estrategias sostenibles para la gestión del agua en la región es clave, entre ellas, el revestimiento de canales de riego y tecnificación del campo que evita la pérdida de al menos el 50% del agua de primer uso destinada al riego; y el reúso de agua residual tratada para usos agrícolas, disminuyendo la extracción directa de agua.
