El Sistema Cutzamala es vital para el abastecimiento de agua potable en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), cubriendo cerca del 30% de las necesidades de unos 12 millones de habitantes en CDMX y el Estado de México, por eso hay que celebrar que actualmente supera el 93% de su capacidad.
Mediante siete presas principales como Valle de Bravo, Villa Victoria y Tuxpan se transportan hasta 19 m³/s por 334 km de acueductos, túneles y canales para millones de habitantes, principalmente a 15 municipios del Estado de México, como Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán, Cuautitlán Izcalli y Ecatepec.
Durante sequías severas, como la de 2024 cuando sus niveles cayeron al 39.8% de capacidad, los tandeos se volvieron prolongados, con cortes de hasta 12 horas diarias en colonias del poniente y norte de CDMX, y racionamientos en Edomex, afectando industrias y hogares por menor caudal del río Lerma (31.5%) y Cutzamala (68.5%).
El agua se destina al consumo humano en hogares (beber, cocinar, higiene), industrias manufactureras y comercios en el Valle de México y Toluca. Qye hoy alcance más del 93% de su capacidad de almacenamiento, un récord en siete años, asegura agua potable para capitalinos y mexiquenses.
Este espectacular llenado garantiza suministro hasta 2027, impulsa industrias y reduce presiones hídricas, bajo la coordinación de las lideresas Delfina Gómez y Clara Brugada. Ahora bien, eso no significa que el problema del agua esté resuelto. Aunque las presas estén casi llenas, el agua es limitada, depende de las lluvias y se consume todos los días por millones de personas, industrias y campos agrícolas.
Los últimos años han mostrado que una sola temporada con lluvias por debajo del promedio puede llevar al sistema a crisis. Con el cambio climático, ya no se puede asumir que cada año lloverá igual o mejor, por eso es necesario que autoridades y ciudadanos nos responsabilicemos del uso responsable del vital líquido.