El pasado lunes, una tragedia tuvo lugar cuando un tren embistió a un autobús de dos pisos de la línea Herradura de Plata en la carretera federal Atlacomulco-Maravatío. La tragedia ha dejado más preguntas que respuestas y familiares de víctimas exigen apoyo.
El saldo, por lo menos al momento, es de 11 personas fallecidas y alrededor de 55 heridos, algunos de gravedad, que fueron trasladados a diversos hospitales de la región.
En televisión nacional, familiares de las víctimas denunciaron la falta de apoyo por parte de las empresas involucradas: Herradura de Plata y Canadian Pacific Kansas City. A pesar de que en sus comunicados oficiales las organizaciones lamentan la situación y prometen ayuda, las compañías no han tenido ningún acercamiento con las familias de los, por lo menos, 66 afectados.
26 de los 55 heridos ya han sido dados de alta, sin embargo, sus condiciones gastos en salud fuera del hospital. Y ni hablar de las familias de las víctimas mortales que están enfrentando gastos funerarios y nuevas realidades económicas.
Respecto al trágico accidente, el conductor del autobús habría intentado ganarle el paso al tren en un cruce ferroviario que solo contaba con señalización de alto, sin plumas ni semáforos. El autobús quedó destrozado y la empresa ferroviaria Canadian Pacific Kansas City responsabilizó al conductor del autobús, quien fue detenido mientras continúan las investigaciones.